Los altos índices de percepción de inseguridad en Bogotá dejan ver la preocupación por la criminalidad. ¿Cómo se sienten los ciudadanos y qué medidas están tomando las autoridades para recuperar la tranquilidad en la ciudad?
Escrito por: Laura Sofía Peláez Garro
El panorama de inseguridad en Bogotá se ha desbordado con el aumento de percepción de inseguridad entre los ciudadanos. Así lo reflejan las cifras del balance de seguridad del mes de octubre expedido por la Alcaldía de Bogotá. Los homicidios y hurto a automotores aumentaron un 17 % y 19 %, respectivamente, a comparación a los casos de 2019.
A pesar de la implementación del Plan de Intervención y Apoyo a Bogotá, ejecutado desde el 12 de agosto de este año, la violencia en las calles asecha la tranquilidad de los residentes en su día a día. Según resultados de la nueva encuesta realizada a 6.000 habitantes por Bogotá Cómo Vamos, tan solo el 4% de los bogotanos se siente seguros en las calles. Asimismo, el 81 % de los encuestados considera que la administración de la alcaldesa Claudia López no ha sido la mejor.
Por su parte, la mandataria comentó durante la presentación de las cifras de seguridad del mes pasado que los efectos de la pandemia sobre la pobreza y el desempleo han dado lugar a la reestructuración de bandas criminales que actúan con mayor violencia. “Pasamos del atracador al atracador asesino”, declaró en medios el general en retiro Humberto Guatibonza, excomandante de la Policía Metropolitana de Bogotá.
De acuerdo con la última Encuesta de Convivencia y Seguridad Ciudadana realizada por el DANE, el 69.8% de los ciudadanos no denuncian los delitos de los que son víctimas. Esta alarmante cifra se debe, en parte, a la inoperancia del sistema judicial y a la falta de efectividad de las autoridades para combatir el delito callejero.
Varios testimonios de bogotanos así lo evidencian. Para Julieta Montañez, ciudadana víctima de hurto de celular, denunciar es un proceso complejo debido al retraso en los trámites, la falta de disponibilidad de sitios y personal para la recepción de denuncias, y la inadecuada infraestructura tecnológica para atender la alta demanda. Entre tanto, Saúl Nova manifiesta que otra de las razones para no acudir a las entidades judiciales es el miedo a la retaliación por parte de los delincuentes: “Sabemos que se demora más la Policía en coger a un delincuente, que el juez en soltarlo”, señala.
Esta sensación de impunidad para los victimarios pone en la mira, una vez más, las falencias de la administración de justicia frente a los casos de reincidencia criminal.
Según cifras del Distrito y la Policía de Bogotá, en los pasados dos meses, ocho de cada diez delincuentes capturados quedaron en libertad. Pese a la tarea de capturar y judicializar al delincuente, la mayoría vuelve a las calles debido a la falta de evidencia e investigación, errores en el procedimiento o simplemente por tratarse de un delito menor. Como consecuencia de ello, la percepción de bajo riesgo de sanción incita a recaer en la delincuencia, provocando una angustia no solo en las víctimas directas e indirectas del acto cometido, sino también en toda la ciudadanía.
Frente a esta situación, la Policía Metropolitana de Bogotá en coordinación con la Fiscalía General de la Nación, “adelantan órdenes de trabajo para que se realicen acciones que permitan investigar y castigar (…) como la georreferenciación del delito y los planes de visibilidad, prevención y control”, afirma el capitán Diego Jaramillo, subcomandante de la estación de Policía de la localidad Antonio Nariño.
De igual forma, recomienda a la ciudadanía mantenerse en estado de alerta para advertir los peligros y tomar otras disposiciones preventivas. Henri Rodríguez, consultor especialista en seguridad, menciona que desde la vigilancia privada se aplican “medidas disuasivas cuando se observa la comisión de hechos delictivos en su entorno, aunque, lamentablemente, esto no se cumple a cabalidad por la falta de preparación del vigilante privado y la débil articulación con las autoridades".
Si bien en Bogotá la inseguridad se ha incrementado en algunas modalidades, la percepción de inseguridad ciudadana es aún mayor, producto del aumento de la violencia al momento de cometer el delito y la amplia visibilidad que se le está dando a este fenómeno.
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